Navidad tropical
Olvídate de la tristeza, las temperaturas bajo cero, el estrés de los preparativos, ¡este año pasarás la Navidad en los trópicos!


Navidad en St Barths
Celebraciones elegantes
Imagina un pequeño confeti entre el mar Caribe y el océano Atlántico, playas salvajes de arena blanca, aguas turquesas, valles cubiertos de cactus, jardines de flores y cabañas multicolores, que combinan a la perfección el sofisticado arte de vivir francés con la informalidad del Caribe.
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Celebraciones de fin de año
En los trópicos
¡Bienvenido a St Barths! St Barth es para los que la conocen bien, y pronto formarás parte de ella, ya que la cálida bienvenida de la isla solo es comparable a la amabilidad de sus habitantes. Aquí, sus días no son más que tranquilidad y placer. Tras despertarse bajo los vientos alisios y desayunar en el jardín tropical, el programa se ajustará a sus deseos: descubrir las playas salvajes y lánguidas, comer langostas a la parrilla con los pies en la arena, un recorrido por la encantadora y colorida Gustavia, una parada en el mítico bar Sélect para tomar un Ti Punch, ir de compras a las elegantes boutiques del Carré d'Or...
Fuegos artificiales y festividades
La vida nocturna de St Barths
¡Y el hecho de que haga 30 grados (y casi tanto en el agua) no significa que se haya olvidado el espíritu navideño! ¡Al contrario! Las palmeras se visten con sus ropas festivas, las pequeñas chozas están decoradas y se dice que incluso se espera a Papá Noel en los muelles. Por la noche, ¡el ambiente es de celebración y purpurina! Ponte tu mejor vestido para las locas noches de San Bartolomé, donde el glamour siempre rima. Vaya a Carole's, la reina de las noches salvajes, para disfrutar de una velada increíble o a Bagatelle, en el puerto, para disfrutar de una cena festiva. Y la noche del 31, reúnase en el puerto de Gustavia, donde, a medianoche, todas las sirenas de los megayates suenan al unísono bajo un cielo estrellado con un magnífico espectáculo de fuegos artificiales. El año termina a lo grande y estás listo, con el corazón palpitante, para empezar uno nuevo, recargado con toda la luz que ofrece San Bartolomé.